"Y me quedo ahÃ, intentando unir todos los segundos con otros, detener el flujo del tiempo. Eso es el infierno: el amor total hacia la obra divina que se desvanece. Es él el artista: invisible, impensable, impalpable, intocable. Yo soy el otro artista: fijo, invariable, oscuro, opaco, denso. Antorcha que arde eternamente con fuego inmóvil. Yo soy quien quiere engullir esta eternidad, esta gloria imponderable, clavarla en el centro de mi vientre y parirla como una ciénaga que se desgarra para eyectar el tallo en cuyo extremo se abrirá el loto donde brilla el diamante"